Biografía
Nací en 1968 en Capital Federal. Cursé materias de Diseño Gráfico, de Historia y de Teoría del Arte en la UBA. Hice completa la ENBAPP y después la licenciatura en el IUNA, especialidad pintura. Hice clínica de obra con Tulio de Sagastizabal del 2002 al 2005. En 2006 participé de las clínicas del Rojas, coordinadas por Diana Aisenberg, Eva Grinstein y Rafael Cippolini.
Desde que terminé la Pueyrredón doy clases de arte en colegios primarios y secundarios. También trabajé para un estudio de animación. Durante un par de años saqué fotos e hice proyecciones de diapositivas en eventos diversos. Canté en tres bandas y tuve novio con local en la Bond Street, pero no me tatué.
Desde 2005 muestro mi trabajo con continuidad en espacios institucionales y no.
Menciono algunos: CCEBA, Salón Nacional de Rosario, Cultural Chandon, Bienal Nacional de Bahía Blanca, C.C.Recoleta, Galería Appetite, Oficina Proyectista, Galería Belleza y Felicidad, Estudio Abierto Avda. de Mayo.
Tres exposiciones individuales: Modelización psicogeométrica (Galería Appetite, 2007), La habitación giratoria y la cascada de agua (Oficina Proyectista, 2006), Conducta de las langostas respecto de la formación de nubes (Casona de los Olivera, 2005)
Por ahora, vivo y trabajo en Buenos Aires.
Visión del arte
1. Elija una obra que lo/la represente, descríbala haciendo referencia a su formato y materialidad, su relación con el tiempo y el espacio, su estilo y su temática; detalle su proceso de producción
El gran vidrio de Aguirre es una intervención sobre la ventana de un local en Villa Crespo. Es una pintura en tiza sobre un paño de vidrio fijo de dos metros por lado o un poco más. El diseño geométrico se organiza alrededor de algunos elementos arquitectónicos que se ven a uno y otro lado del vidrio desde ciertos puntos de vista y juega con la sensación de profundidad, estimulándola o traicionándola.
Elijo esta obra porque por sus características formales, materiales y de proceso remite a la vez a obra en construcción, local cerrado, espacio en remodelación, pintura all over, arte cinético, abstracción geométrica, trompe l’oeil, entre otros. Produciendo cruces entre visibles no siempre asociados y con múltiples relaciones con distintos contextos.
El tiempo de que dispuse para hacerla me permitió un proceso en el que podía estar atenta a lo que sucedía, con idas y vueltas, ensayos, cambios de punto de vista.
El local era usado en ese momento como lugar de reunión y discusión de proyectos. En esa cuadra hay también una imprenta, un taller de reparación de calzado, una tapicería, talleres de costura. Esa vereda le dio al trabajo un contexto interesado en el proceso de producción, que mira la obra en tanto producto del trabajo y en tanto útil. Los diálogos espontáneos que mantuve durante su realización pusieron el acento en el servicio que cumple la obra del artista.
El primer momento fue para observar, sentarse adentro y afuera, sacar fotos. Estar atenta a desde dónde y cómo veían la ventana los que por allí pasaban o se reunían. Hasta qué hora están prendidas las luces en ese taller. Cómo incide el sol.
Bocetar en papel y en la compu. Elegir los elementos del entorno que me resultaran significativos. Ensayar sobre el vidrio con cinta e hilo diferentes dibujos. Calcar ventanas, puertas, ángulos, perspectivas, hacia dentro y hacia fuera. Completar el diseño con ecos de esas líneas a intervalos calculados matemáticamente, de un modo arbitrario en su racionalidad. Y ésto usando escuadras, nivel, palos para prolongar la distancia del hombro con el marcador y el pincel.
Luego cubrir todo el vidrio con polvo de tiza mezclada con agua y un poco de cola. Controlando la pincelada lo menos posible. Pintura automática de grandes dimensiones. Expresionismo abstracto en un layer blanco de fondo transparente. A partir de allí trabajar de noche: raspar con varilla de madera el dibujo, visto a contraluz.
Sorpresa: el travelling que proyecta el colectivo 109 sobre el fondo del local en su recorrido nocturno.
2. En líneas generales, ¿cuál sería la forma en que sugeriría leer su obra?
Sugeriría tomarse un tiempo y posiblemente un vermouth y abandonarse al juego de ver eso que está ahí. Un cierto grado de atención. Suspender el juicio de valor, no descartar ninguna asociación o idea de plano. Dejar macerar. Olvidarla y volverla a recordar viendo otra cosa, de paseo, en la ciudad, en el cine o en un libro.
3. En relación a su obra y su posición en el campo artístico nacional e internacional, ¿en qué tradición se reconoce? ¿Cuáles serían sus referentes contemporáneos? ¿Qué artistas le interesan de las generaciones anteriores y posteriores?
Si me saco una foto hoy y la miro desde lejos supongo que podría reconocerme en un cubocinetismo concretoconceptual rioplatense, en el último nombre la parte más surrealista del asunto y cambiando el acento de un término a otro según la obra que se mire. Pero esas fotos cambian de color rápido. Prefiero pensar las tradiciones ocasionalmente y como camas elásticas mutantes.
Considerando la multitud de nombres que podría citar y teniendo en cuenta que en cada ensayo respondo esta pregunta de modo diferente, voy a mencionar algunos pocos de los artistas visuales que me interesan que me vienen a la mente ahora: Marcel Duchamp, Roberto Aizemberg, Lux Lindner, como si de santísima trinidad se tratase. Arturo Carreira. Van Eyck. Todos los que se conocen hoy como “de los 90” o “del Rojas”, especialmente Marcelo Pombo. Y Siquier, Burgos y Kacero, claro. Sol Le Witt. De los brasileños geniales: Lygia Clark y Cildo Meireles. Richard Tuttle e Imi Knoebel, para el international touch down. Tulio de Sagastizabal, maestro. Sergio Avello, Diego Bianchi y Olafur Eliasson, los últimos romances.
Mis referentes contemporáneos se los encuentra entre los que nombré y los que no (y aquí incluyo a todos los artistas amigos que me benefician con su generosidad de mirada y palabra además de su obra).
4. Pensando en los últimos diez o quince años elija obras o muestras a su criterio fuertemente significativas de otros artistas de Argentina y explique por qué.
Muestras u obras fuertemente significativas...para el desarrollo de mi trabajo? Para la dinámica del campo? Para la ciudadanía en su conjunto? Para la Historia del Arte Universal?
Las muestras retrospectivas, en general. Sobre todo las de Grippo y De la Vega en el Malba, Aizemberg y Porter en Recoleta, Peralta Ramos en el Mamba. Porque desplegaron la obra de artistas importantísimos de enorme acción residual.
El huracán en Belleza y Felicidad, Minimalismo / Imperialismo en Sendrós y el pantano en Jardines de Mayo, de Diego Bianchi. La plaza del pulmón de manzana, de Julián D’Angiolillo. Magdalena Jitrik en la FLA. Por el humor y la ambición.
Geografías de Daniel Joglar en Dabbah-Torrejón. La mesa de billar de Guagnini en Ruth Benzacar. El niño mierda de Lux Lindner en Braga Menéndez. Témperas de Tomás Fracchia en Braga. Los oleos y las estampas intervenidas de Londaibere en Belleza. Por lo sofisticado y amoroso palpable.
Las varias y variadas ediciones de Estudio Abierto. Tertulia en el cementerio de la Recoleta. El TPS en Puente Pueyrredón. Todas las obras y muestras que propusieron nuevas articulaciones entre espacio de arte - espacio de otra cosa, espacio público – espacio privado, arte consagrado – arte desconocido, artista – no artista, arte viejo – arte nuevo, público de arte – público en general.
Todas las de las primeras épocas del Rojas y de Belleza y Felicidad. Y toda la serie de muestras en espacios pequeños, no institucionales, de un día, difundidas boca a boca, anónimas, por Internet, que proliferaron en los últimos años.